hipocondría |
La descripción de la hipocondría es tan vieja como
los siglos, como la historia de la medicina. En la ancestral época hipocrática,
los síntomas eran considerados como alteraciones corporales, y los griegos
asociaban los cambios mentales con variaciones orgánicas en la región situada
debajo del hueso xifoides (hipocondrio).
Para el siglo XVII, ya se instauró el término tal y
como nos ha llegado a nuestros días; se le debe a un médico inglés, el doctor
Burton, quien habla de la <<hipocondriasis>> y la define como un <<miedo
aprensivo a padecer enfermedades que se escuchan o leen, aplicándolas a uno
mismo, lo cual agrava o incremente el cuadro…>>. ¿Qué es un
hipocondríaco? Los hipocondríacos se destacan por la preocupación, el miedo o
la creencia de sufrir una enfermedad grave, a partir de la interpretación no
realista de signos o sensaciones físicas que se consideran pruebas de la
enfermedad temida.
Perceptores desmedidos de las sensaciones
corporales, los hipocondríacos las exageran en su mente, interpretándolas de
manera inadecuada, con lo que desarrollan torturantes pensamientos obsesivos de
tipo catastrófico, que les producen una sensación de amenaza y temores
recurrentes.
Sin embargo el hipocondríaco llega a comprender que
sus temores no son del todo confiables, y aún así no puede dejar de estar
pendiente de cualquier cambio corporal y de la certeza de que sobre él van a
caer el sufrimiento de una enfermedad que le llevará inexorablemente a la
muerte.
imaginario |
No son enfermos de la imaginación
Todo esto lo lleva a vivir centrado en un horror a
las enfermedades, que además se exacerba con facilidad ante cualquier
información que recibe. Hoy día, en los canales de información son tan reales y
existe una preocupación extrema por la salud, que el hipocondríaco se ve
sometido a tal asedio de estímulos, que no es raro que los médicos se vean
agobiados por las constantes consultas
de los pacientes <<imaginarios>>, dicho a la manera de Moliere.
Pero no se vaya a creer que son enfermos tan imaginarios como el personaje
literario.
Todo lo contrario: los hipocondríacos sufren
verdadera y permanente angustia, e incluso no es nada raro que sufran de
verdaderos cuadros depresivos.
Sufrir en vano
Los
hipocondríacos son entre el 15 al 20 por ciento de los pacientes en la consulta
de los médicos. No obstante, se considera que en la población en general las
cifras pueden incluso llegar al 34 por ciento de la población global, lo cual
es horroroso si se piensa en los costes tanto personales como familiares y
somáticos que ello produce. No hay diferencias importantes entre sexos, pues la
hipocondría se esparce en todas las edades y condiciones. Los hipocondríacos
son enfermos y la hipocondría en sí es un trastorno nada
<<imaginario>>, es una enfermedad reconocida en todas las
clasificaciones internacionales.