¡Síndrome
de Münchausen por poder!
Síndrome de Münchausen por
poder: la extraña forma de abuso infantil por la que las madres inventan o
infligen enfermedades en sus hijos
Cuando el equipo médico de pediatría y otorrinolaringología del hospital chileno
Carlos Van Buren, en
Valparaíso, confirmó sus sospechas, el niño, de unos tres años y medio, ya
llevaba acumuladas 5 hospitalizaciones y numerosos tratamientos con antibiótico
en apenas nueve meses.
El pequeño, al que llamaremos Mario en este artículo, siempre volvía con su madre al hospital por el mismo problema: una misteriosa secreción de los dos oídos acompañada de granulomas, pequeños puntos de inflamación en el tejido de los conductos auditivos, que le impedían a los doctores llegar a ver los tímpanos.
El diagnóstico oficial
era otitis media crónica,
pero nadie podía explicar la causa. El niño respondía bien a las curas y a los
tratamientos con antibiótico pero el problema recurría una vez que era dado de
alta.
Además, presentaba un retraso en el desarrollo de
causa no explícita: "Con unos tres años caminaba con dificultad y hablaba
muy poco", le dijo a BBC Mundo el cirujano Cristian Papuzinski, del
Servicio de Otorrinolaringología de ese hospital, que formó parte del equipo
que lo trató.
3 elementos sospechosos
El de Mario es un caso
clínico real, cuyos detalles fueron publicados en 2016 en la Revista de otorrinolaringología y cirugía de
cabeza y cuello, de Chile. Papuzinski y el resto del equipo médico que
trató al pequeño empezó a sospechar a raíz de varios elementos incongruentes:
el principal era la ausencia de
una causa clara que explicara la recurrencia de la enfermedad.
Pero también las características clínicas raras del
caso: patógenos poco habituales en infecciones de oído y lesiones
inexplicables.
Finalmente, el hecho de
que Mario mejoraba
claramente cuando estaba separado de su entorno habitual. Papuzinski
contó que a los dos meses de ser tratado en su hospital, empezaron a sospechar
que quizás la madre le ponía al niño alguna sustancia irritante en el oído.
Fue a raíz de la primera biopsia, cuando los médicos
vieron que "mientras el chico estaba hospitalizado, mejoró", cuenta
Papuzinski.
Pero tras una
evaluación del niño con personal de asistencia social y de psiquiatría
infantil, se desestimó esa hipótesis. Según Papuzinski, la madre negó cualquier
situación de maltrato en casa. Una
madre "muy preocupada"
En realidad la madre de Mario parecía estar muy
involucrada en la salud de su hijo. "Ella era muy preocupada. La mamá de
otro niño ingresado en el hospital que compartía sala con Mario sorprendió a la
madre de éste inyectándole un medicamento sin autorización médica.
Cuentan los médicos en su descripción del caso clínico
que en esa ocasión la madre de Mario "amenazó" a quien la había
observado "para que guardara silencio".
Pero cuando el equipo de salud la encaró ella lo negó
todo.
Después llamaron a la policía, que al registrar a la
madre encontró jeringas escondidas en la ropa y bajo la cama del pequeño.
Frente a eso, los
médicos avisaron a un fiscal que emitió una orden de alejamiento de la mamá, a raíz de la cual Mario
empezó a mejorar rápidamente hasta recibir el alta.
Según los médicos, hasta percibieron "una mejoría sustantiva de la interacción del
niño con otras personas".
Un síndrome "subdiagnosticado"
No era el niño el que
estaba realmente enfermo, sino la madre: tenía Síndrome de Münchausen por poder (SMPP), según le diagnosticó el
equipo de psiquiatría
del propio Hospital Carlos Van Buren. Este trastorno
mental reconocido, también llamado trastorno
facticio impuesto a otro, fue identificado por primera vez en 1977 por
el pediatra británico Roy Meadow.
Este síndrome implica
una vuelta de tuerca sobre el Síndrome de Münchausen, que consiste en la
fabricación de síntomas y signos de una enfermedad por parte del paciente
para generar ayuda, compasión,
admiración y atención médica. La prensa internacional ha recogido varios
casos notorios en los que los menores murieron y los padres fueron condenados a
penas de cárcel.
Los adultos que padecen
este trastorno psiquiátrico pueden
llegan a límites insospechados en su búsqueda patológica por la
atención médica: pueden inyectarle al menor sangre, orina o heces para
generarle enfermedad, darles fármacos que les generen síntomas como vómitos o
diarrea y someterlos a pruebas invasivas como biopsias o cirugías.
Según recogen los
autores del informe sobre el caso clínico chileno, se desconoce la verdadera
incidencia de los casos de SMPP, pero estiman que está "subdiagnosticado" porque el
personal sanitario no suele sospechar de los padres de los pacientes menores.
Lo que sí constatan
diversos estudios es que la madre
es la abusadora en la gran mayoría de los casos, el 75% según citan los doctores
chilenos.
¿Por qué lo hacen?
En realidad se conoce poco sobre las causas del Síndrome
de Münchausen y del Síndrome de Münchausen por poder. Los expertos creen que la
gente que sufrió abuso, malos tratos o abandono durante su infancia tiene un
mayor riesgo de padecerlo.
Teorizan que el
paciente se autoinflige una lesión o la causa en alguien a su cuidado en un
intento por buscar empatía, llamar
la atención o generar admiración por su capacidad para sobrellevar
su problema.
Por otro lado, incluso cuando hay sospechas, es
difícil para el personal médico confrontar a los pacientes por un supuesto
síndrome de Münchausen. Hay varios riesgos: si se sienten interrogados los
pacientes se pueden volver defensivos e incluso desaparecer, solo para buscar ayuda en otro hospital donde no son
conocidos.
De hecho Mario llegó al hospital de Valparaíso
referido de otro centro médico que ya había visitado en numerosas ocasiones sin
lograr un diagnóstico. "Es una situación muy compleja", dice el
otorrino chileno.
"Vida normal" con la abuela
En el caso de Mario, finalmente un juez de familia
determinó que se quedara bajo la protección de su abuela. Entretanto, el
pequeño lleva una vida normal, por ahora no presenta secuelas por el síndrome
de la madre y hasta la fecha ha estado muy bien de salud, dice el cirujano, que
afirma que en el departamento de otorrinolaringología ya solo le hacen un
seguimiento rutinario una vez al año.
COMO CARNES CURADAS PROTEGEN DE LA INTOXICACIÓN
carne curada |
Fue noticia en Nueva York: la carne se estaba yendo de las manos.
El descontento estaba hirviendo a fuego lento en Whitestone, Queens, en el otoño de 2016, donde los vecinos se sorprendieron al encontrar madejas de panceta colgadas en una línea en el patio trasero de una casa. Dibujaría ratas, dijeron, y el olor era un problema grave. Las personas que viven en el hogar simplemente respondieron que era para comer, específicamente en comida china. Entonces los vecinos comenzaron a involucrar a funcionarios públicos.
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