Gaslighting: el peligroso encanto
del abusador
Gaslighting:
el peligroso encanto del abusador que te llena de culpas y te hace dudar de tu
cordura
bouquet |
Otras
personas parecen poder hacerlo: compartir una vida con alguien, agradable y
pacífica. Pero a mí la idea de una relación todavía me aterra.
Muchos años
después, aún me entra el pánico ante la mención del nombre de mi
ex novio, ese hombre encantador que al que adoré y le temí en igual medida.
Un hombre
encantador, hermoso y exitoso me había hecho suya. Él era todo lo que había
soñado. Era exitoso, su carisma era magnético y yo estaba en trance.
Cuando
estaba con él, las puertas se abrían y las mejores mesas en los restaurantes de
repente estaban disponibles. Viajamos por todo el mundo por su trabajo,
alojándonos en los mejores hoteles y comiendo en los mejores restaurantes. Y él
parecía tener la capacidad de encantar en cualquier idioma.
Pero le
fallé.
Lo arruiné
todo: cenas, conversaciones, veladas, vacaciones -a veces por mencionar el
nombre de un ex, sacar mi bolso frente a sus amigos o querer llevar mi propio
pasaporte y dinero cuando estábamos en el extranjero-.
Pasaba días
furioso. Mi comportamiento inapropiado lo había avergonzado, no sabía si podría
seguir estando con alguien como yo, él, que podría estar con alguien mucho
mejor.
También
arruiné cumpleaños y Navidades, simplemente por ser "demasiado estúpida y
cruel" como para entender qué era lo mejor para él. Quería que le comprara
regalos caros: "Son solo US$4.000, ¡usa tus ahorros!", decía. "Pero
esos son mis ahorros de toda la vida", le explicaba. "No puedo
tocarlos, es imposible. Quiero hacerte feliz, pero no puedo pagar eso". El
encantador hombre lloró: lo había defraudado y nada de lo que yo
hiciera podría compensarlo.
Él no
dormía mucho, yo tampoco. No me permitía "arruinar su noche"
acostándome a dormir antes que él. Si lo hacía, me despertaba en la madrugada,
queriendo hablar sobre nuestra relación y lo que yo estaba haciendo mal.
Estaba
agotada. Sentía que me pasaba la vida tratando de dormir cuando y donde podía.
El retrete de discapacitados en el trabajo se convirtió en un refugio para una
siesta al mediodía.
¿Por qué no
me fui antes?
Bueno, él
era encantador y mi familia lo amaba. Y yo estaba en una edad donde la vida era
un torbellino de compromisos y bodas. Los parientes bien intencionados me
decían que yo sería la siguiente. El sonido de mi reloj biológico se hizo más
fuerte a medida que las bodas daban paso a los bautizos.
Además, yo
lo adoraba y ese hombre increíble me había elegido a mí. Él tenía problemas y
yo debía ayudarlo. Estaba consciente de que yo lo lastimaba, así que quería
comportarme mejor. Si salía con mis amigos, él se encerraba en su estudio. Sus
gritos resonaban mientras se acurrucaba debajo de su enorme escritorio, así que
casi nunca salía sin él.
Comportamiento
controlador o coercitivo en una relación íntima o familiar
Comportamiento
controlador: una variedad de actos que hacen a una persona subordinada y / o
dependiente de su abusador. Estos incluyen aislarlos de las fuentes de apoyo,
privarlos de los medios necesarios para su independencia, resistencia y escape
y la regulación de su comportamiento cotidiano.
Conducta
coercitiva: un patrón de actos de asalto, amenazas, humillación e intimidación
u otro tipo de abuso que se usa para perjudicar, herir, castigar o asustar a la
víctima.
(Definiciones
de la Ley de Delitos Graves en Inglaterra y Gales)
"Nunca
encontrarás a alguien mejor que él, es perfecto, ¿no quieres niños?", me
decía la gente. Llegó al punto, sin embargo, cuando supe que no podía quedarme.
Sentí como
si mi cuerpo y mi cerebro se derrumbaran por el simple agotamiento de tener que
manejar la vida con ese hombre. Aumenté de peso, pero no podía hacer ejercicio
porque no le gustaba que estuviera lejos de él. La comida se convirtió en mi
mayor consuelo. Le temía a la idea de irme, pero estaba aterrorizada
ante la idea de pasar el resto de mi vida con él.
Eventualmente,
llegó la oportunidad de escapar, y pude empacar mis pertenencias sin que
sospechara. Con el apoyo de mi hermana, pude alejarme y colapsé en el piso de
su cocina. Necesité terapia para entender que no era normal que tu pareja le
quitara las bisagras de la puerta del baño porque lo "dejaba" para ir
al retrete o para bañarme.
Solía atesorar mis momentos de soledad
sentada en el baño con un libro. Cuando estaba con él, miraba el reloj,
calculando cuándo podía escapar para tener unos minutos de paz
tras la puerta cerrada. Pronto se dio cuenta y mi corazón se hundía cada
vez que escuchaba el destornillador en las bisagras, con él llorando porque
solo quería estar conmigo. Cuando
conté esas cosas en voz alta por primera vez pude comenzar a reconocer que era
una locura, pero en ese momento sencillamente era mi realidad.
La terapia
abrió un mundo completamente nuevo de comprensión y terminología: palabras como
"narcisista" y "Hacer luz de gas" o
"Gaslighting" eran nuevas para mí. No tenía idea de que el abuso
pudiera ser así. Fue a través de la terapia que entendí que me habían
"hecho luz de gas" y que mi percepción del mundo había cambiado
durante esos años de tratar de hacer lo imposible: satisfacer a un narcisista. Finalmente
me di cuenta de que yo no era la causa de nuestros problemas: en su juego yo no
podía más que fallar.
Pero aún
quedaba mucho por aprender. Fue mi
terapeuta quien me sugirió que contactara a la ex novia del encantador hombre.
"¿De
verdad?" Dije. "Pero era una loca, ella lo atacó".
El
terapeuta asintió sabiamente y me recordó todas las otras formas en que él
había tergiversado la realidad. Él siempre fue la víctima;
nunca nada fue su culpa en la realidad alternativa que había creado.
¿Qué es
hacer luz de gas o gaslighting?
Es una
forma de manipulación y abuso psicológico que hace que la gente cuestione su
propia memoria, percepción y cordura
El término
proviene de una obra teatral de 1938, "Gas Light", en la que un
marido intenta convencer a su esposa y a otros de que está loca: cuando atenúa
las luces de gas, insiste en que ella se lo está imaginando.
Hay tres
etapas de gaslightingen una relación: idealización, devaluación y descarte.
En la etapa de idealización, la víctima pierde la cabeza por quien hace luz de
gas pues proyecta una imagen de sí mismo como el compañero perfecto
La etapa de
la devaluación golpea fuerte: la víctima pasa de ser adorada a ser incapaz de
hacer algo bien, pero después de haber probado el ideal, está desesperada por
arreglar las cosas.
Luego viene
la etapa de descarte en la que se deja caer a la víctima para pasar a la
siguiente: esto sucede a menudo simultáneamente con la fase de idealización con
la próxima víctima.
Localicé a
su exnovia que estaba viviendo en el extranjero. Respondió inmediatamente a mi
nervioso mensaje diciendo: "Sí, quiero hablar contigo, he estado esperando
que te pongas en contacto". En el momento en que la llamada se conectó,
sentí una oleada de alivio: había alguien que entendía.
Hablamos
durante cuatro horas, cada una terminando las oraciones de la otra. Ella había
hablado con otras mujeres que me habían precedido: el hombre encantador nunca
había estado solo por mucho tiempo. Escuchar sobre sus historias de depresión e
intentos de suicidio fue escalofriante. Ese hombre encantador estaba
destruyendo vidas sistemáticamente.
Sin
embargo, en ese día de verano encontré esperanza: mientras hablaba con la
exnovia, podía escuchar en el fondo a su marido cortando el césped y los niños
jugando en el jardín. Esa instantánea de una vida compartida, de una vida
familiar que una vez pareció tan aterradora, de repente parecía estar a su
alcance.
Supe que el
hombre encantador tiene una nueva novia. Quisiera decirle: "¡Sálvate!
No eres tú, es él, lo que él te está haciendo es ilegal, puedes
detenerlo". Pero sé que
por ahora solo soy otra ex novia loca.
Ella
necesita acercarse a mí cuando esté lista. Por ahora, todo lo que puedo hacer
es vivir la vida al máximo, proporcionar ese pedacito de esperanza el día que
ella me contacte.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-42174359
http://www.bbc.com/mundo/noticias-42174359
*Seudónimo
para proteger su identidad.
Ilustraciones
de Katie Horwich
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SILFIO: EL ENIGMA DE LA PLANTA "MILAGROSA"
silfio |
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