2/01/1814
Venezuela: Venezolanos después de la Colonia, luego de la gesta libertadora bajo la égida de nuestro Simón Bolívar y todos los demás forjadores de la patria somos totalmente demócratas. Acostumbrados a vivir en libertad en su concepto más amplio: Libertad de expresión, abiertos a las expresiones del pensamiento universal, libre albedrío ciudadano siempre avocados a elegir nuestras formas de gobierno imbuidos de las políticas plurales que desemboquen en llevar bienestar a nuestros conciudadanos. Negados a filosofías políticas desfasadas que ya antes fracasaron en otras latitudes del mundo, demostrando con esto su ineficacia en la aplicación del capitalismo de estado que solo han llevado miseria y atraso a los pueblos donde por desgracia se instauraron. Además aunado a esto el autoritarismo aplicado como sistema perverso de uso diario alevoso en contra de las instituciones que levantan su voz de protesta. Se le pasa por encima a la Constitución las veces que les es necesario no habiendo para ello el más elemental respeto ni medida. El pretendido control de los medios de comunicación, demonizando todo lo que vaya en contra del proceso hegemónico que se quiere enquistar en la vena democrática del pensamiento ciudadano. Sin consultar al pueblo que solo es requerido para aplaudir y aceptar los lineamientos dictados por el régimen. Solo una voz vociferante, grosera, ofensiva, amenazante se levanta por encima del vocerío del país para imponer su mamotreto político viable solo por vía de la fuerza de las armas, por el sometimiento de todos los poderes a la sola voluntad del número uno del gobierno, abrogándose para si todo el poder decisorio de todos los menesteres del país. Reflexión: Es imperativo seguir reclamando nuestra democracia original, expresarnos con el ideario democrático universal. No al silencio, nuestra voz tenemos que llevarla a donde quiera que sea. Tenemos tiempo; aun no se consuma todo, somos pregones de la democracia en esencia pura. Tenemos que hacerlo siempre solo por la vía democrática, somos ejemplo y seguiremos siéndolo, tiempo es lo que nos sobra. Sin prisa pero sin pausa.
... elevar el monumento consagrado a nuestra reconciliación, a la tregua y al derecho común de los hombres. Bien merecía este monumento ser tallado sobre una mole de diamantes y esmaltado de jacintos y rubíes; pero construido en nuestros corazones.
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