Isaac Newton revela la fórmula para la inmortalidad
El científico inglés Isaac Newton pasó a la
historia como el "padre de la gravedad", tras sentar las bases de la
ley de la gravitación universal, luego de que una manzana le cayera en la
cabeza en 1666.
Lo que se descubrió siglos más tarde,
sin embargo, son sus llamados "estudios
ocultos", que delataban su interés por otras ciencias más allá de la
física, como la cronología, la alquimia, la cábala o la interpretación
de textos bíblicos.
Y dada su gran reputación como inventor, no es de extrañar que este
descubrimiento en la década de los 30 del siglo pasado, causara gran revuelo.
La fascinación de Newton abarcaba temas muy diversos, no necesariamente
científicos.
Ahora, un nuevo manuscrito ha vuelto a salir a la luz.
, escrito a mano en latín e inglés, explica cómo crear una sustancia Y comprende una fórmula para la inmortalidad, escrita a mano por Newton, en la
que describe los pasos para crear una sustancia "mágica" que
convertiría metales en oro y nos haría jóvenes para siempre. Se trataba, en
realidad, de los primeros pasos para crear la legendaria piedra filosofal.
El elixir de
la vida
La piedra filosofal es una legendaria
sustancia alquímica que contendría los
secretos para el rejuvenecimiento, el elixir de la vida y, finalmente, la
inmortalidad. Dice la leyenda que esta increíble sustancia podría transformar metales en oro o plata.
La Biblia la menciona, pero también algunos textos budistas e hinduistas.
Los alquimistas de la Edad Media ya la buscaban.
Y Newton
intentó dar con ella en el siglo XVII. Al menos, así lo
revela el recién publicado manuscrito, que había permanecido durante décadas en
una colección privada, y que la asociación Chemical Heritage Foundation (CHF)
en Filadelfia, EE.UU., compró en una subasta y sacó a la luz. El genio
británico explica en este histórico documento, escrito en latín e inglés, la receta del "mercurio
sófico", una sustancia clave del proceso alquímico para lograr la
famosa piedra filosofal. Unas instrucciones que Newton copió, por lo visto, de
otro alquimista, el estadounidense George Starkey, tras tomar algunas notas,
corregir y reescribir el texto original.
Eterna
juventud
"La importancia de este manuscrito
radica en que nos ayuda entender
las lecturas alquímicas de Newton, especialmente las de su autor
favorito", dijo James Voelkel, de la Biblioteca Othmer de Historia
Química, en EE.UU. De acuerdo con Voelkel, el documento
también "proporciona
evidencias de otra de sus metodologías de laboratorio".
Newton escribió más de un millón de palabras sobre alquimia durante toda su
vida.
Y aunque la alquimia no tenga el prestigio internacional del que sí se
enorgullece la física, es incuestionable que ambas tuvieron un papel
ciertamente relevante en la vida del genio. Al fin y al cabo, la alquimia
contribuyó al desarrollo de la ciencia moderna. Tal vez ahora ya no nos
interese tanto la piedra filosofal, pero seguimos buscando el secreto de la eterna juventud.
Y Newton, a su manera, logró ser inmortal.