Médico de confianza
Generalmente todos los pacientes, incluyendo desde
el que tiene una simple gripe, hasta el que padece una enfermedad grave,
necesitan tener un médico de confianza, sentir que este va a ayudarles y que
les entiende.
Pero los enfermos psicosomáticos, necesitan más aún,
esa ayuda, por ser su psique más débil y vulnerable que la del resto de las
personas. Lamentablemente nadie quiere prestarles atención- opinan- con las
enfermedades graves que existen, como ocuparse de alguien ¡“que no tiene nada”!
Pero infortunadamente, los afectados son muchos; las
estadísticas norteamericanas revelan; que los trastornos psicosomáticos afectan
a un 5-9% de la población y, que estos pacientes consumen entre un 10 y 20% de los recursos sanitarios. Por tanto, en
lugar de plantearnos que son enfermos “que no tienen nada”, ya es hora de que
pensemos, de que, estamos frente a un problema prioritario de salud pública.
Por supuesto que no es fácil
Una cuestión difícil. Tratar con este tipo de
pacientes no es nada sencillo. Si después de muchas exploraciones, no se
encuentra ninguna causa orgánica y se les remite al psiquiatra, a menudo se
sienten bastante peor y, se agravan sus síntomas, ya que; tienen la impresión
de que el médico piensa que fingen o simplemente exageran su enfermedad. Sin
embargo, parece que las terapias cognitivas y los antidepresivos dan buenos
resultados.
Entonces es importante la formación médica, en
cuanto a la forma de relacionarse con estos pacientes que son bastantes y que,
probablemente crecerá su número ostensiblemente en el futuro, en una sociedad
preocupada por la salud y con los medios de comunicación dispuestos a suministrarles
“tipo de contenido saludables”.
Por supuesto que es humano sentir aversión,
aburrimiento y, hasta desesperación con algunos enfermos pero; eso no debería
impedir al médico mantener su empatía con el paciente. Ese “usted no tiene
nada” puede ser mal interpretado, el paciente no va a creerle y no se alegrará.
Por tanto, su curación va a depender de que se le informe acertadamente de su
problema y de que se le remita al psiquiatra de forma que él lo acepte.