Trastornos somatoformes
Como ya sabemos, el hombre experimenta síntomas (no
los inventa) de enfermedades físicas las cuales no tienen causa física sino
psicológica. El nombre que distingue estas enfermedades procede del griego
“soma”, que significa cuerpo; es decir, son trastornos psicológicos que
presentan la forma de problemas corporales. Existen cuatro tipos de trastornos somatoformes.
Somatización, es un estado de molestias intensas y
crónicas se presentan de forma repetida en forma de dolores, cansancio, fiebre.
Estos enfermos también tienen problemas de memoria, aturdimiento,
desvanecimiento, falta de apetito sexual y ausencia de placer y alteraciones
menstruales en las mujeres. Se quejan en exceso para que les presten atención.
No es descartable que se presenten problemas en el trabajo y de conductas de
evasión de las responsabilidades laborales, familiares, o académicas.
Generalmente son pacientes que acuden a distintos
médicos sin informarles de que ya se ha visitado a otro facultativo y que ya
está tomando medicinas por lo que, indirectamente, el trastorno de somatización
provoca un riesgo de complicaciones médicas. De la misma forma acostumbran a
quejarse de manera exagerada, a veces no es raro que acaben en el quirófano
sometidos a operaciones innecesarias.
En estos pacientes se da un número alto de adictos
al alcohol, o a las drogas, ya que no se sienten comprendidos en sus dolencias,
algunas veces fuertes, y consideran que nadie les hace caso. Hipocondría, es más
leve que el trastorno anterior, con síntomas menos fuertes. En gran parte de
los casos de hipocondríacos no padecen efectos tan severos como con la
depresión o la drogadicción, ni tampoco terminar en el quirófano sin necesidad.
Su trastorno se evidencia por una exagerada
preocupación por su salud y una atención constante ante cualquier manifestación
física que ellos juzguen extraña. El hipocondríaco toma precauciones extremas
para evitar los gérmenes, tiene tanto miedo a enfermarse, que incluso evita
acercarse a un amigo acatarrado o temor a dar la mano a quien le presenten.
Acostumbra a llevar una vida complicada para no saltarse las recomendaciones y
evitarse las enfermedades graves cómo; el cáncer, la hipertensión…
Conversión, la ansiedad que experimentan las
convierten en un síntoma grave. Es el peor de los trastornos somatoforme. Las
personas que padecen este trastorno, pueden quedarse ciegas, sordas,
paralíticas, mudas… sin una carga orgánica que lo justifique. Son personas
dependientes y necesitan el cuidado de los demás, porque el problema,
lógicamente les incapacita para llevar una vida normal, trabajar o cumplir sus
obligaciones. En muchos casos es como si estos trastornos fueran bien recibidos
por el afectado, porque le permiten obligar a otros a hacerles caso y ocuparse
de ellos.
La presencia del problema
Se presentan afligidos por el problema, pero nunca
tanto si fuera de verdad; es decir verdaderamente, no ven, pero alguien que
hubiera perdido la vista en un accidente, estaría insufriblemente más
devastado. Los síntomas se identifican porque no son medicamente posibles; por
ejemplo, el caso de una parálisis de conversión no tiene las mismas zonas de
insensibilidad que una parálisis por una causa física, incluso puede ser que el
afectado mueva las piernas cuando esté dormido.
Los trastornos de conversión se presentan mayormente
en momentos de mucho estrés y, por regla general proporcionan algún tipo de
beneficio al afectado, de manera que el problema, aún siendo terrible
representa algún tipo de reforzamiento a la conducta. Como es el caso de las
personas que manifiestan una parálisis discapacitante, cuando deben ir cada día
a un trabajo conflictivo, estresante, acoso…
Dolor, los trastornos de dolor son muy parecidos a
los de conversión, pero; como su nombre lo indica, el síntoma principal es un
dolor que no tiene ninguna causa física. En ocasiones es posible distinguirlo
del dolor físico porque no sigue el curso de los nervios.
Como en el caso de los trastornos de conversión, el
dolor somatoforme es susceptible de aparecer en épocas de estrés intenso y su
aparición, de algún modo y aunque el sufrimiento que provoca, representa una
ventaja para el que lo padece, por ejemplo, le acarrea una baja laboral.
Antes de hacer un diagnóstico en cualquiera de estos
trastornos, es importante discriminar la existencia de un motivo orgánico.