INTELIGENCIA
ARTIFICIAL
La inteligencia artificial se encarga del diseño y
creación de máquina muy sofisticadas capaces de tener comportamientos
inteligentes, simulando el comportamiento de la mente humana. Para la
comprensión de cómo surge la inteligencia artificial es necesario retrotraernos
unos años, hasta llegar a la informática tradicional, especialidad que utiliza
los ordenadores para resolver trabajos y darle solución a problemas por el uso
de sucesión predefinida de cálculos numéricos.
La informática se encontró con infinidad de tareas y
problemas que no eran posibles
resolver de esa manera. Un ejemplo de esto es el juego de ajedrez: si intentamos
programar un computador para que calcule las posibles combinaciones de jugadas
desde el inicio del juego, nos encontramos con que esto sobrepasa su capacidad.
No obstante esta tarea como muchas otras (mantener una conversación, conducir,
hacer deporte etc.), que no puede resolver la informática tradicional, es
realizada con facilidad por los seres humanos.
La mente humana
La mente humana
Por lo que se
supone que, la mente humana además de realizar cálculos, es capaz de trabajar
con otro tipo de estrategias para procesar la información que recibe. Todas
estas actividades precisan un cierto grado de inteligencia. Llegar a este punto es; ¿sería posible programar los
ordenadores de esa “otra forma” para
poder enfrentar este tipo de trabajo y problemas? Tratar de dar respuesta a
esta pregunta dio origen a la inteligencia artificial, término implementado por
John McCarthy, que se proponía por una parte, profundizar en el conocimiento de
cómo resuelven las personas este tipo de tareas y, por otra, imaginar una nueva
forma de programar ordenadores capaces de recoger la forma de pensar de la
mente humana.
Por esto, la inteligencia artificial queda definida
como un campo de investigación interdisciplinaria (surgido de la informática y
en conexión con la psicología, la neurología, etc.), que señalaría a reproducir
comportamientos inteligentes, imitando la forma de razonar de la mente humana.
Aunque la inteligencia artificial nació a mediados de los años cincuenta, si
acogemos el término en un sentido global, es decir, entendido como el diseño y
construcción de máquinas pensantes
encontramos ya éstas ideas, en la Grecia antigua con Aristóteles.
En los árabes medievales, en la obra de Ramón Llull
y en el Renacimiento, época en que aparecieron los primeros autómatas, con la
única función de entretener a la nobleza. Jacques Vaucanson construyó su famoso
pato mecánico que graznaba e incluso
imitaba la conducta de comer y defecar, De ese tiempo datan también los
primeros fraudes, como la máquina que jugaba el ajedrez y que, en realidad,
estaba manipulada por una persona escondida en su interior. En el siglo XIX un
investigador excéntrico llamado Babbage construyó la primera máquina analítica, mediante engranajes
de madera cuyo coste excesivo lo llevó a la ruina.
Ordenadores modernos
Ordenadores modernos
Entre ruinas fraudes y avances científicos se llega
al siglo XX, en que aparecen los ordenadores modernos. Pero es también el
tiempo en que aparece la discusión sobre si es posible calificar de inteligente
a una máquina: no es lo mismo ser capaz de llevar a cabo tareas concretas que
realizan los seres inteligentes, que ser
inteligentes. Para 1950, Alan Turing, uno de los pioneros de la
inteligencia artificial, propuso como test para dar con la respuesta a esta
cuestión el diálogo con la máquina; si no nos es posible distinguir sus
respuestas de las de un hombre, entonces
es inteligente.
Cuando apareció la inteligencia artificial como una
nueva disciplina se le auguró un avance espectacular, y que realmente no
cumplió estas expectativas, por lo que tuvo que enmarcarse en objetivos más
modestos. Pasado los primeros tiempos de euforia, devino una época oscura de la
que se salió a mediados de los años sesenta, con los primeros éxitos en los
llamados sistemas expertos, máquinas preparadas para realizar tareas muy
especializadas, algunas incluso mejor que el hombre.
Entre ellas es bueno resaltar el sistema Mycin
aplicado al campo de la medicina, que ha obtenido un porcentaje de aciertos en
el diagnóstico de enfermedades infecciosas superior al de un médico; los
programas de ajedrez que han vencido a campeones como; Gary Kasparov, el
ordenador que simula la personalidad de una persona paranoide, los ordenadores
músicos que crean composiciones musicales, e incluso un robot pianista que ha
tocado en las mejores orquestas de Japón.
Período IV
Período IV
Finalmente; se podría hablar de un cuarto período en
la inteligencia artificial, con la aparición de los sistemas de redes
neuronales, que simulan las facultades superiores de la inteligencia. El mayor
reto que tiene esta disciplina ahora, es crear robots con sentido común, que
aprendan con la experiencia y que desarrollen por si solas cierto nivel de
inteligencia, Tenemos a CYC, cuyas reglas de razonamiento le permiten entender
que si rompe un trozo de madera se obtienen dos pedazos más pequeños, pero que
de una mesa rota, no se sacan dos mesitas.
El proyecto de robot inteligente más ambicioso es
COG, cuya meta es desarrollar una inteligencia comparable a la de un niño de
dos años. ¿Hacia dónde nos lleva la inteligencia artificial? Hay quienes
imaginan un avance progresivo de las máquinas con la posibilidad de que la
humanidad sea sustituida por computadores superinteligentes, hay quienes le
echan la culpa a la literatura de especular con ciencia ficción y al cine
fantástico de alimentar nuestra imaginación y aseguran que no puede plantearse
la creación de un ser semejante, a nosotros; la inteligencia humana supera la
artificial, y esta está al servicio del hombre.