martes, 6 de mayo de 2014

Médico de confianza



Médico de confianza

Generalmente todos los pacientes, incluyendo desde el que tiene una simple gripe, hasta el que padece una enfermedad grave, necesitan tener un médico de confianza, sentir que este va a ayudarles y que les entiende.

Pero los enfermos psicosomáticos, necesitan más aún, esa ayuda, por ser su psique más débil y vulnerable que la del resto de las personas. Lamentablemente nadie quiere prestarles atención- opinan- con las enfermedades graves que existen, como ocuparse de alguien ¡“que no tiene nada”!

Pero infortunadamente, los afectados son muchos; las estadísticas norteamericanas revelan; que los trastornos psicosomáticos afectan a un 5-9% de la población y, que estos pacientes consumen entre un 10 y 20%  de los recursos sanitarios. Por tanto, en lugar de plantearnos que son enfermos “que no tienen nada”, ya es hora de que pensemos, de que, estamos frente a un problema prioritario de salud pública.

Por supuesto que no es fácil


Una cuestión difícil. Tratar con este tipo de pacientes no es nada sencillo. Si después de muchas exploraciones, no se encuentra ninguna causa orgánica y se les remite al psiquiatra, a menudo se sienten bastante peor y, se agravan sus síntomas, ya que; tienen la impresión de que el médico piensa que fingen o simplemente exageran su enfermedad. Sin embargo, parece que las terapias cognitivas y los antidepresivos dan buenos resultados.
Entonces es importante la formación médica, en cuanto a la forma de relacionarse con estos pacientes que son bastantes y que, probablemente crecerá su número ostensiblemente en el futuro, en una sociedad preocupada por la salud y con los medios de comunicación dispuestos a suministrarles “tipo de contenido saludables”.

Por supuesto que es humano sentir aversión, aburrimiento y, hasta desesperación con algunos enfermos pero; eso no debería impedir al médico mantener su empatía con el paciente. Ese “usted no tiene nada” puede ser mal interpretado, el paciente no va a creerle y no se alegrará. Por tanto, su curación va a depender de que se le informe acertadamente de su problema y de que se le remita al psiquiatra de forma que él lo acepte.