lunes, 23 de julio de 2012

¿TENEMOS EL CONOCIMIENTO DE LA FE?

¿TENEMOS EL CONOCIMIENTO DE LA FE?


Es mucho lo que se ha dicho y hablado sobre la fe en todos los tiempos, por medio de nuestros abuelos, nuestras madres, los maestros, la iglesia, guías del crecimiento personal, de algún médico etc. Pero; realmente sabemos que es la fe, ¿la has tenido como experiencia? Napoleón Hill, un escritor famoso que se dedicó a entrevistar, a muchas personas de éxito y puso en práctica las recomendaciones recopiladas dando frutos productivos, concluyó que, “la fe es el jefe químico de la mente”.

 Fe y pensamiento

Cuando la fe está mezclada con el pensamiento, la mente subconsciente instantáneamente recoge la vibración y la traduce a su equivalente espiritual, transmitiéndola a la Inteligencia Infinita, como es el caso de la oración”. Según el Catecismo de la Iglesia Católica (166) la fe es un acto personal: La respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Sin embargo la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, así como nadie puede vivir solo. Hay que pensar que nadie se ha dado la fe así mismo, como nadie se ha dado la vida así mismo.

El creyente, es fácil de colegir que ha recibido la fe de otro y de seguro se la transmitirá a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a los demás de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo ser creyente sin ser sostenido por la fe de los otros. Y por mi fe, yo; contribuyo a sostener la fe de los demás. Para Santo Tomás de Aquino la fe es una virtud sobrenatural, gracias a ella el entendimiento cree en verdades relativas a Dios.

Tres formas de verdad

También dice que nuestro entendimiento puede aceptar  una verdad movido de alguna de estas tres maneras; porque ve inmediatamente la verdad a partir de principios; de por si evidentes, porque es movido por la voluntad de Dios mediante la gracia. La voluntad puede llevarnos a creer que es verdad algo; de lo cual no tenemos una evidencia inmediata ni una demostración, como cuando queremos creer a alguien aunque no veamos que lo que dice es cierto. Aceptamos que le creemos porque; queremos creerle, porque confiamos en el. 

En los dos primeros casos tenemos el conocimiento racional, y la certeza que en ellos conseguimos está fundamentada en la evidencia. En el tercero de los casos realmente no tenemos evidencia ni conocimiento racional, aunque la persona que acepta de este modo una verdad, puede vivir intensamente la verdad en la que cree (con bastante certeza). Este último caso es la creencia o fe. Entre la relación de la fe y otras formas de conocimiento, Santo Tomás de Aquino enfrenta el problema, discriminando los siguientes tipos de verdades: 

Lo que se alcanza por la razón y la fe

Las que se alcanzan por la razón: no todos los conocimientos humanos interesan para la salvación por lo que habrá muchas verdades, que no se ofrecen ni a la fe ni a la revelación; aquí; se incluyen la mayor parte de los conocimientos científicos, por ejemplo; las matemáticas. Las que se alcanzan solo por la fe: el hombre no puede conocer exclusivamente, con las fuerzas naturales todo lo relativo a Dios y lo necesario para la salvación, como por ejemplo; que dios es uno y trino, y las que se pueden alcanzar por la fe y la razón: la existencia de Dios y la inmortalidad del alma son verdades que se ofrecen a la fe, pero también es posible llegar a ellas anteponiendo la razón.